Comida II

Creo que la próxima vez, que mi tío nos invite a su casa y tenga mucha flojera de ir, le voy a dar algún pretexto, no quiere decir esto, que la comida, el ambiente y el lugar, hayan estado mal, si no que traía o mas bien llevaba yo una cara de flojera, que se notaba hasta el volcán de Colima. Varios días de desveladas tienen su precio.

Cuando salía hacia la casa de mi tío, me hablo por teléfono mi primo Sender Axel que se vino de Celaya, en viaje relámpago que va a durar dos semanas -Entonces no es tan relámpago- y como era el encargado del hielo –el, no yo- me dijo que no había encontrado nada, y que ya estaba en la casa de mi tío, o sea mejor tráelo tu –pos ya que- y ahí ando de oxxo en oxxo de kiosko en kiosko, buscando hielo, hasta que a las 124,675,436 tiendas que recorrí lo encontré y ahí voy a la comida.

La verdad mi tío es un cocinero de primera, nos preparo ceviche tahitiano para empezar, luego salpicón que estaba de lujo y rematamos, con unos camarones al ajo y empanizados, que en serio daban ganas de brincar de gusto de lo buenos que estaban.

A eso de las cinco y media que terminamos, y mientras las mujeres lavaban los platos y los niños nadaban en la alberca, nos pusimos a platicar en unas sillas-camas esas que se ponen a la orilla de la alberca y a recordar viejos tiempos de cuando estábamos en la carrera mi primo y yo, cuando de repente me quede bien dormido… Asi como gelatina cuajada.

Que pinché vergüenza, ya estoy dando ahora si el viejazo, yo creo que todavía seguiría ahí dormido, si no fuera por que después a dos sillas-camas de la mía, mi tío Sender Cuatro también se cuajo y empezó a roncar.

Y es que sus ronquidos son escandalosos, que no deja dormir a nadie.

Tengo la teoría, que las ballenas que aparecen varadas en la playa, es por que siguen el sonido de los ronquidos de mi tío, y que las garzas emigran antes de tiempo por el ruido, pero es solo una teoría, no lo he podido comprobar.

Total que lo que quería decir ya se me olvido y ya me volvió el sueño, asi que mañana veremos que pasa por acá, tengo otra comida ahora con mis padres… Si aquí la fiesta nunca termina.