La reunión estaba pactada a las dos de la tarde y todo iba muy bien, la botana y la bebida, todo en orden. nada mas mi tía Berp que andaba como alma en pena. preocupada por que llevo dos salsas valentinas, y estas no aparecían, mi sugerencia de catear a la concurrencia no fue atendida y por suerte, alguien fue a una tienda y trajo salsas, a eso de las cuatro de la tarde, ya todos parecíamos moscos con la panza roja, el tío Sender Cuatro, llevo diez litros de ponche, que parecía, al inicio de la pachanga, que no tenían fin, pero si tuvieron, a eso de las cinco, empezaron a servir los chicharrones que la verdad estaban muy buenos y a las seis las carnitas que no estaban muy de primer mundo lo interesante es, que ya no me cupo mas que un solo taco, si comía algo mas, ahora si explotaba, a eso de las siete de la tarde, ya toda la asistencia empezó a tocar retirada, entonces, aparecieron las salsas ya contentos por esto, nos regresamos a la casa temprano, por que el viaje, aunque no es muy largo, es peligroso, cuarenta minutos de bajada hacia el mar por un camino muy angosto.
P.D. Tengo Tos otra vez.
jaja menos mal que aparecieron las salsas
ResponderBorrarhubieras dicho: nadie sale hasta que aparezcan las salsas!!
ResponderBorrarEs rumbo a Minatitlán???...
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